Revisando el paradigma tradicional de la competencia

Los modelos tradicionales de análisis de la competencia han sido esencialmente estáticos, focalizando la competencia en los actores de la misma industria o tecnología.

Pero actualmente vivimos en un mundo en el que los límites entre los sectores son cada vez más difusos, por lo cual, cada vez es más difícil interpretar desde donde viene la competencia.

Con la irrupción permanente de nuevas tecnologías, la aparición de nuevas barreras de ingreso a los negocios y los cambios continuos en las fuerzas competitivas, el enfoque de la competencia es cada vez más complejo y esto nos lleva a un cambio en el paradigma tradicional.

En principio podemos afirmar que la estrategia competitiva debe ser fruto de una perfecta comprensión de la estructura del sector y de cómo está cambiando.

Las cinco fuerzas competitivas de Michael Porter están muy vigentes:

En cualquier sector, tanto si es nacional como internacional, la naturaleza de la competencia, puede analizarse siguiendo el modelo de Porter de las cinco fuerzas competitivas:

  1. la amenaza de nuevos ingresantes
  2. la amenaza de productos sustitutivos
  3. el poder de negociación de los clientes
  4. el poder de negociación de los proveedores
  5. la rivalidad entre los competidores existentes

La intensidad de las cinco fuerzas varía de uno a otro sector y determina la rentabilidad a largo plazo del sector en cuestión.

Pero hoy más que nunca se advierte que los cambios en la estructura de cada  sector son una razón fundamental del cambio de la posición competitiva de las empresas.

Un nuevo enfoque de la competitividad:

La obsesión de las empresas es buscar diferenciación y así destacarse en aquello que les interesa a los clientes, logrando ventajas competitivas.

Hoy en día, una competencia es un conjunto de cualidades y tecnologías, más que una cualidad o tecnología. Por ejemplo, la competencia de una fábrica de computadoras en los ciclos de producción rápidos se basa en la creación de diseños que maximicen la  programación y control de operaciones, la competencia de empresas de logística  para su velocidad de entrega se basa en la integración de tecnología de robótica colaborativa, anteojos de realidad aumentada, pick by voice, etc.

Una competencia esencial representa la suma de conocimientos incorporados a diversos conjuntos de cualidades y a diferentes unidades organizacionales.

Por eso una competencia esencial no radica en un proceso o en una sola persona, sino que es de toda la empresa.

Toda empresa debe definir sus habilidades centrales con igual precisión si quiere utilizar el concepto en toda su extensión y por ello podríamos afirmar, que una habilidad central  es una combinación de habilidades complementarias y conocimientos incorporados en un grupo o equipo, que resulta en la capacidad para realizar uno o más procesos críticos a nivel de las mejores prácticas internacionales y que evolucione constantemente para adaptarse y aún mas anticiparse a los cambios.

04-09-2020