Oportunidades y desafíos del benchmarking en el sector público de América Latina (parte 2, la experiencia en Reino Unido y Europa)

¿ Cómo puede contribuir el benchmarking en el contexto del sector público ?

Para contestar a esta pregunta puede analizarse la experiencia del Reino Unido desde 1983 hasta la actualidad. En ese año la Audit Commission promovió el concepto así conocido como “value for Money” a nivel de los gobiernos locales y con ello se sentaron las bases de información estadística para procesos de benchmarking posteriores.

Su característica principal fue que la Audit Commission impuso estos controles en forma externa y obligó a los gobiernos locales a comprometerse con estas tareas. Esto impuso la obligatoriedad del uso de benchmarking público.

Asimismo se afirma la postura de demostrar que prácticas de gestión del sector público son “las mejores en su clase”, lo “suficientemente buenas”, las que no son las peores y las peores.

Este tipo de benchmarking obligatorio que se configuró en el Reino Unido, condujo información basada en resultados medibles y al establecimiento de estándares uniformes de desempeño para propósitos de control de la administración pública en primer lugar y para mejorar los procesos en segundo término.

Puede señalarse que mientras el benchmarking en el sector privado choca con el hecho que la información tiende a ser o a mantenerse confidencial, en el sector público el benchmarking genera una aspiración por aumentar la transparencia.

En resumen el benchmarking obligatorio dentro de la administración pública tiende a cumplir con estándares preestablecidos por los órganos de auditoria y control para conseguir mayores recursos, probar que la organización no es la peor, cumplir con los requerimientos del “best value” y prevenir las críticas de los evaluadores externos (benchmarking defensivo).

En la experiencia del Reino Unido el énfasis estuvo puesto principalmente en objetivos de control de la gestión que en el logro de metas de calidad en el desempeño de procesos. Por ello, el establecimiento del PSBS (Public Sector Benchmarking Service) en el 2001, fue un gran paso en la  dirección de encontrar un equilibrio entre las metas de control y las de desempeño.

A nivel paneuropeo los esfuerzos están enfocados al uso del benchmarking para evaluar comparativamente el impacto de las políticas adoptadas por los países en rubros tales como empleo, educación, defensa y otros. Para ello se han definido lineamientos, indicadores,  intercambio orgánico de las mejores prácticas, vigilancia multilateral, procesos interactivos y seguimiento de la implementación de políticas domésticas y su legislación.

Para aumentar la efectividad del uso del benchmarking a nivel paneuropeo se han implementado tres formas de benchmarking: el benchmarking para aprender horizontalmente de las políticas (benchmarking for horizontal policy learning); el benchmarking para aprender verticalmente de la transferencia de políticas (benchmarking for vertical policy transfers) y el benchmarking para el monitoreo y la supervigilancia ( benchmarking for monitoring and surveillance).

La idea de esta diferenciación es tener benchmarking específicos para diferentes propósitos.

El benchmarking for horizontal policy learning es de carácter voluntario, como una forma de  cooperación externa entre grupos pequeños de países, por sectores con similares características y conducido por la Comisión Europea.

El benchmarking for vertical policy transfers es también voluntario y concentrarse en la difusión de las mejores prácticas a nivel de la UE, diferenciando al máximo los campos específicos de políticas. Para su ejecución se proponen a las agencias especializadas de la UE o a organizaciones privadas.

El benchmarking for monitoring and surveillance es organizado a nivel de la EU con todos los países miembros y es de carácter obligatorio. Para ello deben definirse los indicadores cuantitativos uniformes para toda la unión europea y que sean coherentes con sus objetivos. Debido al carácter multilateral de la tarea del monitoreo debe ser responsabilidad del Consejo Europeo.

Tomando en cuenta esta información y reflexiones, puede decirse que la aplicación del benchmarking en la gestión de gobierno, no sólo depende de sus objetivos, alcances y metodología, sino también de la correcta elección del tipo de institución que debe ejecutarlo para asegurar su impacto y garantizar de ese modo, el aprovechamiento de sus resultados como fuente de información legítima al momento de diseñar las políticas públicas, ya sea a nivel local, nacional, regional o internacional.

Fuentes consultadas:

Eda Cleary, consultora  senior de SIPAL, El benchmarking desde el sector privado al sector público. Apuntes sobre su aplicación en el sector público de América Latina, 2015.

Bowerman, Mary/ Francis, Graham/ Ball, Amanda/ Fry, Jackie : The evolution of Benchmarking in UK local authorities., 2002, pág. 435 En: http://wwwemeraldinsight.com/researchregisters.

Groenendijk, Nico S. : The Use of Benchmarking in EU Economic and Social Policies. Centre for European Studies, University of Twente, Netherlands. Presentado en el seminario “ The Future of Europe” en la Asociación Danesa para Estudios Europeos (ECSA-DK). University of South Denmark, Odense. September 24-25, 2005.

Para solicitar una consulta sobre la implementación de benchmarking en la gestión pública, por favor comuníquese a info@dasolutions.com.ar

Imagen fotográfica: gentileza de Ana Davies

22-01-2021