Los directores al igual que los gerentes, deben ser capacitados en toda empresa, aún cuando ésta tenga una larga historia de buen desempeño.
La renovación del know-how tiene que introducir nueva energía gerencial para detener las fuerzas inexorables de la decadencia. Así, pues, una manera de ver la renovación es como un antídoto contra la tendencia natural dentro de las organizaciones hacia la desorganización, la perdida de las relaciones y el aumento del caos generalizado que conduce eventualmente a una causa de fracaso llamada “entropía corporativa”.
Unos problemas son para resolverlos y otros para vivir con ellos. La renovación es para vivir con ella. Es un desafío permanente, nunca resuelto del todo. Pero puede ser justamente lo que se necesita para ponerles de nuevo a los negocios diversión y aventura. Es una alternativa para las muchas tareas tal vez aburridas: reuniones, informes, rutinas y monotonía, que roban el espíritu y empobrecen el alma.
En una empresa renovadora, el trabajo, en vez de ser una carga se convierte en una forma de expresión, un vehículo para el entusiasmo, una fuente de energía y de empuje. Uno sabe que está en una empresa renovadora cuando oye usar palabras como propósito, significado y aventura.
Por eso la palabra excelencia se transforma en el valor más preciado y en el objetivo de muchas empresas. Todos queremos ser excelentes, la búsqueda debe ser continua, ya que ninguna empresa puede seguir siendo excelente sin renovarse y ninguna puede llegar a la excelencia si carece de capacidad de renovación.
08-04-2021