El gerente es un decididor, y si consideramos la decisión en un sentido amplio, podemos afirmar que la decisión es sinónimo de gerencia.
La toma de decisiones abarca cuatro fases principales: encontrar ocasiones para tomar una decisión, hallar posibles cursos de acción, elegir uno entre ellos y evaluar las consecuencias del camino elegido.
Estas cuatro actividades representan fracciones en la ocupación del tiempo de los ejecutivos. Si bien estas fracciones varían en gran medida entre el nivel de una organización y otra y entre un ejecutivo y otro, se pueden formular algunas generalizaciones al respecto.
Los ejecutivos y su personal invierten una gran parte de su tiempo revisando el ambiente político, social, económico y técnico, para interpretar el contexto e identificar las condiciones que exigen nuevas acciones.
Probablemente emplean aún más tiempo, individualmente o con sus colaboradores, tratando de diseñar y desarrollar posibles cursos de acción para manejar situaciones donde se necesita una decisión.
En general invierten una pequeña parte de su tiempo en elegir entre acciones alternativas ya desarrolladas para enfrentar un problema identificado y ya analizado en función de sus consecuencias y una porción moderada de su tiempo evaluando los resultados de acciones pasadas como parte de un ciclo que se repite, y que conduce una vez más a nuevas decisiones.
Podemos concluir diciendo que las cuatro fracciones sumadas representan la mayor parte de la tarea de los ejecutivos y que la toma de decisiones se hace cada vez mas compleja en la medida que se aleja de lo operativo y se acerca a lo estratégico, por la volatilidad e incertidumbre predominante en el contexto.
En general varias personas participan de ese proceso, pero finalmente la elección es un acto individual, aún cuando se haya tomado en grupo. En el momento de la elección, el decididor está siempre solo consigo mismo.
23-07-2020